martes, 31 de marzo de 2020

NI PIES NI CABEZA





Cuando decides retomar algo que no has hecho por mucho tiempo, empiezas a dudar por donde empezar, y en algunos momentos no le encuentras ni pies ni cabeza, sin embargo, lo único cierto es que hay que arrancar por algún lado, pero arrancar, así que aquí vamos:

En estos momentos de coyuntura que estamos viviendo a nivel mundial tenemos la oportunidad de reflexionar y “reiniciar” nuestros caminos;  es “detenernos” en nuestra vida, interiorizar lo que hemos hecho y cómo lo hemos hecho y decidir como queremos vivir.

Siento que he pasado por diferentes etapas, no sé si a Ustedes queridos lectores les ha pasado igual o si en este  momento se encuentran en alguna de estas etapas:

La primera es la de incredulidad, aquella que nos lleva a creer imposible que en pleno siglo XXI con tantos avances tecnológicos y de vanguardia sea posible que un simple virus(no le demos poder) nos vaya a hacer daño.

La segunda etapa es empezar a ver la realidad pero como una posibilidad muy lejana que llegue a nosotros, “eso sucede en otros países incluso en otro continente, estamos a salvo”.

La tercera etapa me llegó como una ráfaga, disparos sin parar de una ametralladora y que cubren todos los ángulos, primer contagio, segundo contagio, décimo contagio, etc, evitar contactos físicos, un metro de distancia, simulacros, cierres, cuarentenas, horarios, trabajo desde casa, vacaciones colectivas, esta etapa realmente te causa preocupación y porque no decirlo además te produce miedo, empiezas a pensar y ahora?.....

Y pasas a la cuarta etapa, yo la llamo a la etapa de la “oportunidad”, la oportunidad de hacer cosas que por el ajetreo del día a día no había podido realizar y de las que siempre me quejaba por falta de tiempo. Es muy sencillo, ahora tengo 4 horas (tiempos que gastaba en desplazamiento de casa a la oficina y viceversa) para aprovecharlas. Así que empecé!!!! Realicé una lista de cosas que quería hacer y les fijé día, fecha y hora, y aquí estoy haciendo una de las tantas cosas que disfruto y que gracias a esta coyuntura he podido realizar nuevamente. 

La quinta etapa es la “introspección” y es la que nos lleva a reflexionar sobre nuestra fragilidad y debilidad, a reconocernos como seres humanos y a darnos cuenta que todo lo que necesitamos para ser felices se encuentro en nuestra hogar y es nuestra familia, lo material pasa a un segundo plano, que segundo plano, pasa a un último plano, antes nos preocupábamos de tantas tonterías, la salida al centro comercial, la película de cartelera, la ropa de moda, la mejor torre de sonido, y un sinfín de banalidades que hacían que dejáramos de vivir y nos concentráramos en tener. 

La siguiente y última etapa (podrían ser más) es “Agradecimiento y Fe”, agradecimiento por esta pausa, por permitirnos retornar a casa y afianzar lazos familiares y valorar el peso de nuestra vida y el significado de vivirla, y Fe, Fe en que esto también pasara, que no es mi tiempo sino en el tiempo del Señor, Fe que saldremos adelante como mejores seres humanos, renovados, dispuestos a amar más, a abrazar más y sobre todo a vivir más.

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe” 1 Juan 5:4.

MAYRA ALEJANDRA RUEDA GARNICA
MARZO 2020