¡Comuniquemos! ¡Hablemos! ¡Expresemos!
Me gusta mucho escuchar a Martín Valverde cantautor, músico y compositor de
música católica, dentro de sus historias
suele contar una que va más o menos así: “Una pareja estaba celebrando sus 50
años de matrimonio renovando sus votos en la iglesia, antes de la misa el cura
los pasó a la sacristía, y les dice: “si tienen algo que decirse es el momento”
y la señora muy molesta dice “¡SI, si si yo tengo algo que decir! Durante estos
50 años todas las tardes que tomábamos el cafecito tu llegabas a la mesa agarrabas el pan lo
partías y sin decirme nada me dabas la parte de la esquina del pan, la parte
dura, el co-qui-to del pan y yo odio el co-qui-to del pan. Y el marido responde:
“ay mujer pues yo te lo daba porque es la parte del pan que más me gusta a mí y
siempre quise compartirla contigo antes que con nadie….”
La comunicación, ah que importante es la comunicación, muchas veces
elegimos quedarnos callados para no “incomodar”, para no generar “malestar” o
para no pasar por “desagradecidos” y entonces terminamos aceptando o haciendo cosas
que pueden no gustarnos o que definitivamente no deseamos hacer.
En mi caso, durante años recibí y agradecí muchas cajas de panuchas (dulce de leche relleno con
coco rallado) que siempre me traían y que nunca me comía y terminaba regalando
porque no me gusta el coco, y es que en esa época no había aprendido como
comunicarme de forma asertiva sumado al hecho que nos enseñaron que por
educación lo recibes y agradeces.
Pero entonces, ¿Cómo podemos hacer? ¿Qué decir? ¿Qué hacer? ¿Será mejor
callar?...
Comunicarnos de forma asertiva es la mejor alternativa que he encontrado
frente a estas situaciones, porque como dice el dicho es “mejor colorado un
momento y no descolorido toda la vida”, y
es en este punto donde inhalamos profundamente y tomamos el valor para decir lo
que queremos decir a quien lo queremos decir y una vez lo hacemos sentimos que nos
quitamos un peso de encima, nos liberamos de la obligación de aceptar lo que no
queremos o que nos molesta.
Aquí lo importante es además de lo que voy a decir, el cómo lo voy a decir,
debemos tener presente que la palabra tiene poder, para destruir o para
construir, a través de la palabra expresamos nuestros sentimientos, deseos y
emociones, por tanto, es fundamental usarla de forma correcta para no herir o
lastimar al otro.
La primera característica de nuestra comunicación es que debe ser sincera,
debe expresar nuestro sentir desde lo más profundo de nuestro corazón, en
segundo lugar debe ser respetuosa, el hecho de que algo no nos guste no nos da
el derecho a expresarlo de manera grosera, también debemos buscar el momento
adecuado para realizarla, no es correcto hacerlo en público porque lo que lograríamos es avergonzar al otro, debemos cuidar nuestro tono, si gritamos o
usamos un tono agresivo muy seguramente se van a cerrar y no nos van a
escuchar, igualmente debemos cuidar nuestro lenguaje, las palabras son
fundamentales no usemos frases como “no me gusta….me molesta….me aburre” Procuremos
cambiarlas por “me gustaría….quisiera que…te propongo que hagamos…te lo cambio
por…” Al colocar frases en afirmativo y positivo logramos cambiar completamente
la intención de lo que queremos decir, facilitando la comunicación.
En algunas ocasiones si nos es difícil trasmitir lo que queremos decir,
también se vale que escribamos, podemos hacer una carta y expresarnos a través
de ella, antes de entregarla, debemos leerla y revisar todos los aspectos que
ya mencionamos, aunque no lo creas el
documento escrito puede trasmitir incluso algunas veces con más fuerza que la
palabra hablada.
Ahora bien, dentro de este proceso de comunicación no podemos dejar de lado
nuestra capacidad de escuchar activamente, alguna vez leí que para lograr una
escucha activa se requiere un “disciplinado esfuerzo” para silenciar toda
nuestra conversación interior mientras tratamos de escuchar a otro ser humano,
es ahí cuando realmente entendemos al otro y podemos incluso llegar a acuerdos
en común que nos satisfagan a todos.
Un error común es que damos por sentado las cosas, y asumimos que los demás
las conocen, y para evitar situaciones incomodas nos quedamos callados. NO nos
quedemos callados, ¡Comuniquemos! ¡Hablemos! ¡Expresemos!
Nuestros sentimientos importan, nuestras emociones importan, nuestros
gustos importan, nuestros deseos importan, porque somos importantes, y más aún hoy en día; que esta sea la gran
oportunidad de tener el valor de expresarnos y dejar de hacer las cosas por
complacer a otros, porque cuando nos pasamos la vida complaciendo a otros terminamos
fracasando en la nuestra.
Mayra Alejandra Rueda Garnica
Abril 2020
Fuente de la imagen: Álbum familiar - Montería año 2009
Si quieres escuchar a Martín, en el siguiente link encontrarás una de sus canciones: https://www.youtube.com/watch?v=nWBjYo3wDUc